El judas del PRI
Armando Ríos Ruiz lunes 18, Abr 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
El judas del PRI, Carlos Miguel Aysa Damas, parece haber escogido el mejor momento para emular al Iscariote, que vendió a Jesús por 30 monedas de plata (aunque desfasado sólo unos días), para después, arrepentido por su terrible y altísima traición, colgarse de un árbol. ¿Cómo será el sacrificio del moderno émulo? ¿Tendrá la suficiente entereza y valor para concretar al pie de la letra su remedo?
La reforma eléctrica se discutiría ayer y de acuerdo con lo que se veía, no había de dónde se colgarían los morenistas para conseguir 57 votos (O 56) que le hacían falta para aprobarla. Aunque nunca se sabe, porque el primer traidor tiene el nombre que será hecho pedazos por los críticos. Los que siguen se notarán menos y en este caso, es posible que otros legisladores den su brazo a torcer y no sean tan señalados, por pasar inadvertidos.
Como quiera que sea, el caso de Aysa Damas ha sonado con fuerza, porque engendra en la cabeza de muchos mexicanos, la idea de que su padre, Carlos Miguel Aysa González -quien sustituyó interinamente a Alejandro Moreno, cuando éste decidió dejar el gobierno de Campeche para incorporarse de lleno al PRI como presidente de este menguado partido-, le solicitó que se convirtiera en traidor, para que el Presidente decidiera enviarlo a la embajada de República Dominicana.
En su momento se supo que la decisión de enviarlo a la isla del caribe estaba en el filo del arrepentimiento. Luego se liberó a favor del ex gobernador y enseguida se supo que el hijo había decidido traicionar a su partido, después de que su presidente nacional dio a conocer a los cuatro vientos, que ya había dado instrucción para que sus legisladores votaran en contra.
Hay que reconocer también que los mismos priistas tuvieron la culpa de que los de Morena decidieran buscar en sus filas a los traidores que podrían dar su brazo a torcer a favor de la tan criticada reforma, ya que en diferentes momentos han coqueteado o han dejado ver que no estaban alejados de dar el sí. El PRI fue el único partido que se dijo abierto al diálogo. Su coordinador en San Lázaro, Rubén Moreira, declaró que no debía cerrarse.
Durante el Parlamento Abierto, el gobernador priísta, Omar Fayad, propuso dar incentivos fiscales a quienes fortalezcan la generación de vehículos eléctricos.
El mismo Rubén Moreira propuso la instalación de paneles solares en los hogares mexicanos. Ambas propuestas fueron arropadas por Morena. El vicecoordinador del PRI, Marco Antonio Mendoza, presentó una iniciativa igual a la del Presidente de México. La dirigencia del tricolor se deslindó.
El argumento que esgrimió el diputado Aysa es tan ridículo, que ofende a la inteligencia menos brillante. Apuntó: “La decisión se debe al pueblo, más que a caprichos o intereses de una persona o grupo y después de leer que fueron incluidos en el Dictamen de la Reforma los 12 puntos que aprobó el Consejo Político del PRI. ¿Desde cuándo nuestros diputados representan al pueblo?
Mejor que diga que a alguien en Morena se le ocurrió amenazar al padre con acusarlo ante las autoridades pertinentes, para que investiguen sobre la residencia de más de 25 millones de pesos que adquirió durante su función como secretario de Gobierno en Campeche, antes de convertirse en gobernador. Se habla de moches por diferentes negocios y hasta del dinero que se esfumó de los hospitales.
Se habla, asimismo, de que el propio Aysa González solía deslindarse de alguna culpa por la construcción de lo que en Campeche llaman la “casa blanca”, con el argumento de que un gobernador no podía vivir más que en una mansión, parecida a la que habitaba “Alito” Moreno, mientras permaneció en su tierra natal como gobernador. ¡Qué argumento tan contundente!
De todas formas, lo de traidor y judas permanecerá para siempre. ¿Cómo alguien podrá volver a confiar en este joven diputado que apenas comienza a asomar la cabeza en los quehaceres de la política? Tal vez algún día, de permanecer en estas filas, alguien necesite un traidor. Entonces, su decisión podrá servirle para continuar su carrera, pero sólo visto como el que está dispuesto a venderse.